jueves, 3 de marzo de 2016

~ Las ventajas de ser un marginado ~



★ "Ser eternos" ★






~ Opinión y sensaciones personales ~
   

La verdad es que no sé si, llegados a este punto, habéis podido ser testigos de la belleza que transmite la película que aquí vengo a presentaros: Las ventajas de ser un marginado. De ser así, imagino que coincidiréis conmigo en varios aspectos. Por lo contrario, si todavía no habéis tenido la oportunidad, no sé qué es lo que estáis esperando para darle una oportunidad a un film que os hará comprender, en mayor o menor medida, el impacto de las relaciones sociales en un individuo que, por el motivo que sea, yace sumergido en sí mismo. Se trata, pues, de una película sobre la amistad y sobre esa dura etapa de la adolescencia, la cual puede haber sido más dura si vivimos circunstancias como las del protagonista, Charlie —rol encarnado por Logan Lerman—.

Charlie (Logan Lerman), un joven tímido y marginado, escribe una serie de cartas a una persona sin identificar en las que aborda asuntos como la amistad, los conflictos familiares, las primeras citas, el sexo o las drogas. El protagonista tendrá que afrontar dificultades, al tiempo que lucha por encontrar un grupo de personas con las que pueda encajar y sentirse a gusto”. (FILMAFFINITY)

Y me gustaría, antes de abarcar a mi reflexión sobre la película, mostraros una crítica que versa, bastante, en lo que expondré:
“No se trata de una película más de instituto: aquí hay tacto, penetración, sinceridad, criaturas creíbles, verdades como puños y un fenomenal trío de intérpretes (...)”
—Jordi Batlle Caminal: Diario La Vanguardia


  

Basada en la novela juvenil de Stephen Chbosky, nos adentramos en la historia de Charlie, quien, a sus quince años, tiene sobre sus hombros la muerte de su mejor amigo, sucedida un mes antes de la narrativa a la que nos engancharemos en un inicio, con la que tendrá que lidiar sin el apoyo de sus padres o hermanos ya que cree que estas personas no le entenderían. Únicamente lo hacía su tía Helen, quien fallece en un accidente automovilístico cuando él cumple siete años. Mediante el escrito de unas cartas sin destinatario conocido, tomamos contacto con su historia y con los sucesos que, transcurriéndose sucesivamente, le permiten conocer a dos personas que transformarán su vida. Estos son Sam (Emma Watson) y su hermanastro Patrick (Ezra Miller). Como si se tratara de un diario, Charlie escribe todo lo que tiene que ver con esas personas, con esos dos amigos que empiezan a expandir su círculo social y que le ayudan, inconscientemente, a sentirse “infinito”, mostrándole un aspecto de la vida que él mismo no contempla.


El argumento es más extenso, incluyendo situaciones y sensaciones que florecen, sobre todo, en la etapa adolescente en la que se sucede la historia del protagonista.

Personalmente, creo que esta historia tiene una sensibilidad brutal que es capaz de ser percibida incluso por personas que no tienen por costumbre notar tales emociones. Si bien no deja de ser un drama, por la complejidad de los personajes o la existencialidad que llega a sufrir el propio protagonista, es, de todos modos, una enorme puerta de esperanza a tales características. Es un grito a todos aquellos que sintieron que no había salida, que no había un lugar para ellos en el mundo. Es la muestra de que, pese a todo, en cualquier parte, sí hay sitio para todos y cada uno de nosotros. Sin embargo, no quiero engañaros pues está destinada, más o menos, a tocar la fibra sensible. Siendo una película sobre la amistad, sobre la superación, sobre el descubrimiento de los primeros sentimientos, de los miedos, sobre la incondicionalidad o la libertad, e incluso sobre el deseo de ser eterno e infinito, tiene todo en su mano para crear una sensación de doble filo. De satisfacción y enternecimiento, a partes iguales. Porque es una película que nos conmoverá por el simple contacto con la realidad que podemos llegar a ver reflejada. Al fin y al cabo, es un drama bien orquestado, con un guión sólido, unos personajes endiabladamente dotados de vida y con personalidades muy definidas y una banda sonora que conseguirá incidir en la emotividad.



En efecto, es una película de adolescentes inspirada en los años 90. Una película de cómo se sobrevive, cómo se aguanta en una etapa que, pese a ser distinta para todos, nos marca casi por igual. Una película que te recuerda la belleza de la amistad, la importancia del sentimiento hacia uno mismo y la magia de sentirse infinitos. (Especial mención a la canción Heroes de nuestro queridísimo y extrañado David Bowie, que es un guiño a la película de estos marginados que, poco a poco, crean su propio círculo). En definitiva, una película sobre el planteamiento y la dificultad de existir en una etapa maravillosa y durísima a partes iguales.

Sobre ellos, os digo, sinceramente, que son magistrales. Logan Lerman, Emma Watson y Ezra Miller no podrían haberlo hecho mejor. Por un lado, Logan, a quien he podido ver en otros muchos trabajos (le reconoceréis como el pequeño Evan de siete años de El efecto mariposa, con Ashton Kutcher,  o como Percy Jackson, en Percy Jackson y el ladrón del rayo), me ha sorprendido, enamorado y calado muy hondo con su interpretación. Pudiendo ver el vacío de la persona, el sentirse fuera de lugar incluso en un mundo que nos pertenece tanto como a todos los demás o el temer enfrentarse a las cosas más sencillas y típicas de la vida corriente. Por otra parte, Emma, quien abandona el papel de Hermione Granger (Harry Potter) para mostrar un rol lleno de esperanza, de vida, de solidaridad que transmite con su angelical rostro y su emoción para la existencia. Y, finalmente, pero no por ello menos importante, Ezra, quien es, de corazón, el punto fuerte en esta adaptación cinematográfica. Su interpretación y actuación es, sencillamente, mágica. 

Los personajes —y los actores— son igual de mágicos y magistrales que el hilo conductual del film o su maravillosa banda sonora, a la cual hago especial mención, incluso más que en posibles próximas entradas, por incluir temas que proyectan la realidad que intenta (y consigue…) plasmarse en la película.




Sé que no todo el mundo puede considerarse un ser introspectivo, con unas dudas existenciales acompañándoles a todas partes. Entiendo, pues lo sé, lo vivo diariamente, que no todo el mundo tiene esa sensibilidad de piel, esa necesidad de cuestionarse el porqué a todo, pero, sobre todo, el por qué a nosotros mismos. Aun así, ya sea para comprender por qué algunos sí lo hacemos o para deleitarse con una historia que no puede dejar indiferente a nadie, os recomiendo la novela y la película. Os la recomiendo porque, seáis como seáis, os veréis reflejadas en cierta medida. Y nunca está de más recordar que, por equis o por zeta, todos hemos sido unos marginados.

Recibid un amoroso saludo de mi aleta derecha, ¡y a sensibilizarse!



~ Ra ~






2 comentarios:

  1. Muy buena reseña, vi la película hace algún tiempo y me encantó :)

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  2. A mí también me encantó ♡. Es una historia preciosa que, simplemente, considero que no debería dejar de ver nadie, pues plantea muy bien una seria de situaciones que, en mayor o menor medida, todos los adolescentes, o gran parte de ellos, han pasado en una difícil etapa que resulta crucial para el desarrollo de un individuo y, por ende, para su futuro. Gracias por tu maravillosa reseña, Colibrí C, y gracias por haberla compartido conmigo hace tanto tiempo ya. ♡

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